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La uniformidad es algo externo (la misma forma=uniforme); la unidad es interior. La unidad que promueves se parece a la unidad del cuerpo: son muchos y diferentes los miembros que forman un sólo cuerpo. Todos ellos necesarios y complementearios. Pero no todos tienen la misma función, aunuqe todos tienen alguna.
Siéntete necesario y complementario en el conjunto de trabajo de tu parroquia, movimiento, comunidad o asociación apostólica. No pongas excusas, intentando convencerte de que es poco lo que puedes aportar. Tu aportación no se mide por la cantidad. Lo que cuenta es tu espíritu de entrega y la ilusión, el esfuerzo y la calidad que intentas poner en tu trabajo.
Ten siempre en cuenta la diversidad de carismas, ministerios y servicios, abre siempre el horizonte para el ejercicio cotidiano de la comunión, a través de la cual los dones del Espíritu son puestos a disposición de los demás, para que circule la caridad.... Desarrolla tus dones en unidad y complementaridad con los de los otros. Con todos los demás formas un único cuerpo de Cristo, entregado para la vida del mundo.
Tomado del Libro:
Espiritualidad del Discípulo Misionero
100 Pistas del Camino de Aparecida
Autor: Pedro Jaramillo Rivas
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