![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4SLdRkwjfudHgaJcoWKwzy9Kq57-6wuLUKp8ngkpOgQd4osn2Cf3LUJWBqwxKD0ikEvbZ6REtP87iXslEHyzkeyaIrqhrutXJ-fYtg4sz_eufyu5E5pdqpQtosEwxsf2WzrkuXtdg8U2t/s320/comunicacionefectiva.png)
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsvbhhpGIWa8jQ4ULcsXEe7R-rhX3TL1r91lqo5u6WscfqiarXJB8rV5p0_VQqBBmJfQwH5li-JCbRkozSDfrU7V2KCHo4B-D7GEYksnXua1tpnZ9n4ygjXkgTTpjnEYr3l-0PUtUXyldr/s320/2355.jpg)
"Una gran persona es aquella que hace
nacer dentro de la gente un gran sentimiento" - Anónimo
Acabo de leer un libro de psicología que me ha ayudado mucho. Nuestra rutina diaria está hecha, la mayoría de las veces, de cosas pequeñas, de actos trillados. Aún así, en ciertos momentos una palabra, un gesto, un gestos, una actitud una actitud de alguien nos saca de quicio. Parece que dentro de nosotros es accionado un despertador que, a su vez, acciona una batería. Sucede precisamente así. Aquel acto insignificante, despertó un volcán que estaba adormecido en nuestro interior.
Esto tiene que ver con nosotros y también con nuestro interlocutor. Muchas veces nuestra acción es irrelevante, pero sirve para despertar el sentimiento del otro. Después de que me di cuenta de eso comencé a equilibrar la resonancia de esas reacciones en mí y a minimizar el efecto que provocan en los demás.
Ahora, presto mayor atención a mis actitudes y veo que muchas veces están totalmente desentonadas de los hechos y que todo el barullo es causado por la caja de resonancia, por lo que esos hechos provocan dentro de mí a través de ellas. Con todo, el despertar de esas raíces profundas tiene su lado positivo: nos vamos conociendo mejor, poniendo cuidado con las reacciones excesivas y definiendo nuestros caminos.
Por Carmen Seib
Tomado del Libro: Cómo cultivar la Madurez
Editorial Paulinas
No hay comentarios:
Publicar un comentario